En el óptimo dispondríamos de variables del takt-time constantes para un tiempo de ciclo estable que nos permitiría fabricar JIT sin stocks. La realidad es bastante más compleja por las siguientes razones:
- Demanda desconocida: especialmente en la producción contra stock, con catálogos de referencias muy amplios, ciclos de vida cortos, etc., las previsiones tienen una fiabilidad limitada
- Demanda estacional: diferencias dentro de un mismo año debidas, principalmente, a condiciones climatológicas
- Demanda variable debido a acciones de marketing: publicidad, promociones, rebajas, etc.
- A largo plazo, la demanda será siempre variable, tanto por la cuota de mercado de la empresa como el ciclo de vida de la industria. Por ejemplo, en la fase de crecimiento, las líneas van incrementando su capacidad al aumentar la producción de las referencias existentes y la incorporación de nuevos proyectos
- El tiempo de trabajo disponible es conocido pero hay que tener en cuenta que en los periodos vacacionales difícilmente se podrá mantener el takt-time por falta de personal
- Los distintos valores de OEE que vamos obteniendo sobre la marcha no son un problema si se mueven entorno al promedio que hayamos estimado pero sí puede resultar problemática una avería grave o una caída prolongada de la eficiencia
- Finalmente, pueden existir fuerzas de causa mayor tales como huelgas, accidentes, apagones, inundaciones, incendios, etc.
Por todas estas cuestiones, surge una primera gran duda acerca de cómo mantener el Pull, con las siguientes dos alternativas:
- Gestionar el impacto de todos estos factores variables y mantener un takt-time constante con la ayuda de un cierto stock
- Adaptarme a la variabilidad y disponer de tiempos de ciclo (y necesidades de personal) cambiantes en el tiempo para minimizar stocks
Otra cuestión es, ante este escenario variable, qué valores considerar para el dimensionamiento de las líneas. En general, para las máquinas podemos partir del valor mensual máximo y, para las personas, de la demanda mensual promedio, ambas con un factor de seguridad, pero ¿qué valores considero exactamente? ¿Históricos, previsiones? ¿Qué periodos u horizontes son representativos?
Como vemos, esto dista mucho de ser una ciencia exacta y no hay una respuesta universalmente válida sino que, nuevamente, la solución vendrá dada a partir del análisis de cada caso particular.
Una vez realizadas las mediciones en planta conoceremos la velocidad estándar de las distintas líneas de fabricación según sus respectivos cuellos de botella, lo que nos indica la capacidad instalada.
En la implantación de un posible sistema de incentivos hay que distinguir nuevamente entre el caso manual y el automático ya que, en el primero de ellos, la productividad depende casi en exclusiva del operario mientras que en el segundo caso, el output depende preferentemente de la máquina.
Especialmente en aquellos operarios que trabajan contra la máquina, mediremos su saturación comparando la suma de operaciones a realizar por el operario (incluyendo frecuenciales de producción, autocontrol, limpieza, etc.) con el tiempo de ciclo de la máquina para obtener un determinado porcentaje, pongamos un 90%. Este valor nos indica el “despilfarro de espera” del operario, en este caso un 10% si quisiéramos llegar al óptimo del 100%.
Vamos a distinguir dos casos: una máquina individual que trabaja a un tiempo de ciclo medido en segundos/pieza y una línea automática de producción masiva que puede ir a cientos de unidades/minuto.
En la medición de tiempos hombre podemos distinguir 3 situaciones habituales:
El método de tomar tiempos a reloj corrido apuntando los cambios de estado para luego realizar una clasificación de operaciones lo utilizaremos en observaciones de eficiencia, procesos clave y/o manuales con tiempos de ciclo largos.
El ejercicio descrito anteriormente para controlar la eficiencia también sirve para los siguientes casos:
Empecemos pues con las mediciones. Una de las más frecuentes consiste en seguir la evolución de un proceso, por lo general, de una máquina o línea. Se trata de una observación de varias horas, cuanto más larga, más representativa. Se pueden plantear sesiones de 3-4h durante varios turnos.
Hemos considerado la medición como el primer principio adicional de la metodología. La obtención de datos de calidad por uno mismo directamente en planta es el punto de partida de cualquier proyecto Lean. En nuestro análisis nos interesarán dos tipos de mediciones: